jueves, 30 de junio de 2011

El mar

Poco a poco la rutina se vuelve parte de mi sistema de nuevo (Como detesto despertar para hacer todo con prisas)... El Celular comienza a sonar una y otra vez a lo largo del día, el metro siempre a reventar de gente, gente, gente, gente, más gente corriendo, mirando a todos lados mientras apura el paso.


Puedo oír las olas...





Camino despacio, miro a la gente que me devuelve miradas cargadas de curiosidad, rencor, timidez, suspicacia... Oigo nombres extraños (los venezolanos tienen una habilidad extraña para crear nombres, casi como los elfos), me tropiezan, intentan competir conmigo (Como si la prisa me importase).


Puedo sentir el sol acariciar mi piel, hasta hacerme cambiar de color...


Observo a los hombres a mi alrededor. Muchos de ellos parecen tristes, otros parecen enfermos mentales y hasta enfermos sexuales (no lo sé), otros parecen tan encerrados en sus rutinas que no se percatan que los observo. Veo trajes y zapatos, camisetas, camisas, collares, anillos, celulares en cinturas, y casi todos llevan audífonos para poder aislarse de la sociedad... ya no usamos las mentes.


Puedo sentir una mano tibia sobre la mía y una voz pidiéndome quedarme... mi corazón deseando poder hacerlo y no volver a la ciudad y a la rutina... deseo haberme quedado en el mar.

miércoles, 29 de junio de 2011

Uno viejo... que escribí hace años...



Tengo que mentirte mirándote a la cara... Lo hago tan bien, que nunca te enteras. 

Nunca sabes cuando me preguntas si quiero postre, cuál es el más quisiera... No sabes nunca si lo finjo o no... No te enteras de que me equivoco una y otra vez contigo, porque me equivoco cuando miento. ¿Por qué mentir cuando estoy contigo, si eres perfecto para mi? Porque deseo ser perfecta para ti. Tengo que dejar de mentirte...

Odio el color amarillo... deja de regalarme girasoles. No soporto ni aguantaré jamás los estados unidos... deja de presionarme para ir allá. No puedo, ni quiero, nunca querré un helado de fresa... porque las fresas me gustan frescas. No soporto que me digan mami, lo detesto... porque no soy madre, no lo seré hasta que tenga unos años más. No me gustan las rosas... Son un Cliché. Odio las películas de acción. El béisbol y el fútbol son deportes... no las directrices de mi vida. Odio que me digan qué vestir... porque me compro la ropa como me gusta a MI. Odio que me griten, porque no creo que las palabras gritadas sean mejores que las dichas normalmente. 

Una verdad que me duele, es que te quiero... pero miento por ello y lo odio. Quiero que me quieras, pero te muestro a alguien que no soy... ¿cuanto tiempo más puedo mantener esta mentira?

martes, 28 de junio de 2011

Mentiras

Tomo de la copa que me diste de beber..
Contamino mi cuerpo con ese líquido dulce y amargo, que engaña los sentidos y te hacen pensar que todo está bien, a pesar de que el techo cae sobre tu cabeza.





Huelo el humo que sale de la punta de tu cigarro... y luego inhalo humo del mío, mientras pienso en la falsedad de tus palabras. Hacia donde quieres que vaya? Tu me obligaste a mirarte, y después vas hacia otro lado, como queriendo decirme que ya tenías mi atención y dejé de importarte.

Me sirvo un poco más de ese vino denso que trajiste, y que a pesar de saber que es venenoso, prefiero tragarlo y entretener mi boca con su sabor falso... lo prefiero mil veces antes de chocar contra el muro de humo... mil veces antes de admitir mi derrota, como un aquiles con la flecha en su tobillo.

lunes, 27 de junio de 2011

Pasado

Miro como llueve, y te acercas a mi, sosteniendo un café que sabes que no tomaré...

Quiero caminar bajo la lluvia, empapar mi piel... correr por la arena mojada y terminar empegostada con agua, arena y sal.

Sonrío a tus ojos que me miran...

Tus ojos.. Esos ojos por los que durante tanto tiempo hubiese dado lo que fuera por tener a diario en mi vida... y que ahora me parecen vacíos, sin nada que ofrecerme...

Hemos crecido, hemos avanzado en el tiempo, en diferentes direcciones, y aún así, nuestros destinos coinciden una que otra vez para poder contarnos mutuamente lo bien que nos va sin el otro.

Miro en ese ámbar mi reflejo y retiro mi mirada al café.. como sabes bien, no tomo café, y aún así, siempre ordenas lo mismo para mi... esa maña tuya de pedir lo que los otros odian... mi maña de dejarte escojer por mi. Quizá por eso no coincidimos en la vida más seguido.

Te amé, te adoraba como si fueses sagrado, idolatraba tu risa, y esperaba ansiosa tu llamada, a diario... ansiaba ese beso que se da tan suave que nunca dura.. ese beso que siempre llega cuando nos vemos, aunque nuestros corazones no lo anhelen.

Me despido de ti, y camino bajo la lluvia, sin paragüas... Necesito lavar tu olor y tu piel... cualquier indicio que me haga pensar en ti... No quiero volver a pensarte en otros tres años, cuando vuelvas a mi camino una vez más... sin quererme realmente, y sin quererte yo a ti.



domingo, 26 de junio de 2011

Un misterio

Me estoy acostumbrando a tu constante ausencia...
a que te vayas sin despedirte,
aunque escribas sobre mi y de las cosas que te he dicho...


Es extraño, pero te encuentro conocido,
y sin embargo, te empeñas en velar de misterio todo,
como si no bastara con la distancia que ya existe.




No escribo grandes párrafos al respecto,
ni siquiera dedicaré más que estas cortas líneas,
porque sé que las leerás, 
con mis siempre acentuadas palabras,
mi perfecta ortografía, 
y la verdad que siempre digo, por no ser fanática de los amiguismos...


Me intrigas.




Foto:awfultosee

viernes, 24 de junio de 2011

La pirata

Caminó por la penumbra, esperando no ser escuchada por ellos,
calculó sus pasos para no hacer sonar la madera bajo sus pies y oía atenta los ronquidos para saber que todo seguía bien. Todo Normal.

Se escabulló por la grieta en la pared, como hacía cada noche desde hacía un año... Nadie podía decirle nada una vez dentro. Era su espacio, su lugar secreto. Allí escribía, leía, bailaba. Podía olvidar que todos en el mundo eran extraños que se metían en su vida sin pedir permiso. La violaban en muchos sentidos: ensuciaban su espacio, rompían sus sueños, quebraban su esperanza... Una y otra vez ella era usada como esclava para ellos: limpiar, servir, callar. Aquí era agradable, la luz de la vela le permitía ver un poco más allá del fulgor. 

Esa noche llegó como todas las noches, y tomó el libro que leía, se sumergió en las palabras y soñó que era la pirata de la historia. Era fuerte, poderosa, valiente. Nada podía detenerla. Era una heroína con botas, una espada y pañuelo amarrado en la frente. Tomó esa noche la decisión, después de terminar la novela. 

Subió con cuidado las escaleras y caminó en la oscuridad. Oía los ronquidos aún, pero ya no la asustaba que la oyeran. Tomó un bolso de lona y lo llenó con sus pertenencias. Bajó a la cocina y metió en una bolsa de compra de tela manzanas, pan, queso y una salchicha seca que tanto les gustaba a esos hombres. Vio sobre la mesa la cartera que contenía monedas del señor de la casa, y le robó varias. Las necesitaría luego. 

Salió por la puerta trasera y se zambulló en la noche... ahora ella era la pirata.











miércoles, 22 de junio de 2011

...

 A veces me pongo a pensar en que cada día me despierto sin querer hacerlo...
   que todos y cada uno de ellos pienso que quizá sea mejor no levantarme,
   que no hay nada por lo que valga la pena luchar,
   el hambre dejó de molestarme,
   el dolor dejó de fastidiarme,
   las lágrimas se secaron en mis ojos...

   Comencé a lastimar a los que estaban en mi alrededor,
   solo para saber qué pueden sentir por mi,
   manejar sus sentimientos, sus emociones,
   sus dolores, sus tristezas,
   cual juguetes,
   como marionetas de madera,
   que se rompían en ciertos momentos.



   Me volví hábil en el arte de la seducción,
   me complacía generar deseo,
   me encantaba ser todo y nada a la vez
   para ver en los ojos esa esperanza que yo no sentía ya,
   para sentir en los demás eso que yo no siento,
   Solo para darme cuenta de que puedo
   hacer que me amen, tan fácilmente como puedo hacer que me odien.

   

Mi cuerpo pasó rápidamente a ser parte del juego,
   era objeto de placer,
   fue mi catalizador para pretender ser honesta,
   comenzó a ser mi herramienta favorita,
   como si fuese necesario su uso,
   tal como un florero en el cual pones flores
   yo ponía grandes cantidades de feromonas,
   unidas a miradas, pequeños roces.


  

 Dejé de ser honesta con ellos, 
   comencé a usar a todos para mis propios fines egoístas,
   partí de la idea de que era preferible herir 
   antes de ser herido.
   Es difícil llegar al fondo,
   Nunca hubiese llegado de no ser por aquellos que me aman,
   aquellos a los que herí sin quererlo.
   Un monstruo, me llamaron... ¿lo soy?

   Soy una deforme criatura que perdió su norte,
   ¿Soy, básicamente, una criminal de ilusiones?
  
 No quiero serlo...
  pero... 

¿Por qué arriesgarme a salir herida, si es más fácil herir?
   ¿Por qué no herir?
   He sido lastimada... 
   ¿Por qué los demás no pueden ser lastimados?


   
Lo que me diferencia de los demás
   es que estoy consciente de los sentimientos que genero...
   Deseo, Lujuria, Ternura, e inclusive, he generado amor...
   Es posible que el problema radique en que
   el deseo no es recíproco,
   que la lujuria es ficticia,
   que la ternura no existe realmente en mi mirada,
   en que el amor nunca va acompañado de ilusiones...

Soy un monstruo,
soy una mujer,
soy todo aquello que me han enseñado a ser.


miércoles, 15 de junio de 2011

El fuego

Y entonces el sol salió por el horizonte y ya nada quedaba del fuego ardiente...

Comenzó como una pequeña chispa. Chiquita. Nada especial. Las cosas empezaron esa noche con un pequeñísimo e instantáneo momento que estaba destinado a generar una bola ardiente de calor, y su inmensidad nunca fue sospechada por nadie.



Realmente así comienzan la mayoría de estas historias, un él y un ella que se conocen y surge esta pequeñísima chispa. Una mirada furtiva en medio de una multitud de gente. Un tropezón equivocado muy adrede. El roce en una mano. Como todos los cuentos, él y ella se pertenecen. Por una noche. Por toda una eternidad.

Un disculpa mirando atentamente a los ojos. Una sonrisa furtiva. Invitación a un baile, siendo lo más macho él, lo más sensual ella. Bailaron un rato hasta que ella le susurró al oído que tenía sed. Se apuraron a la barra, y pidieron un trago. Se dedicaron a los movimientos de la noche en ese lugar pequeño, concurrido y ruidoso, tratando de no ser aplastados, pero agradeciendo la oportunidad de poder rozar sus cuerpos sin culpas. Otro susurro, pero fue él: vamos a un lugar más tranquilo. La chispa allí creció, y se convirtió en una tenue llama. El fuego de un encendedor. 

Salieron de allí y en el frente del local se sentaron a hablar. Él es Ingeniero en algo. Ella es Comunicadora Social. Se preguntaron si les gusta el local. Es la primera vez que ella va, no sale mucho de noche, suele trabajar a esa hora. Él viene de vez en cuando con amigos ¿Tienes hambre? y se van a uno de los pocos lugares abiertos a esa hora a comerse una arepa rellena. Él la mira, ella se sonroja. Comen rápido y se marchan. En el carro de él se besan. La tenue llama se convierte en fuego que comienza a quemar los cuerpos de los dos. Se detienen y se miran. Es muy difícil aplacar el incendio que se viene. 

De pronto él le pregunta si conoce el mirador, y la lleva. Después de estar allí en ese mirador besándose y consumiéndose, él la toma de la mano y se la lleva de nuevo, esta vez para su departamento. En silencio ella lo sigue, pues el fuego ya ha incendiado sus cuerpos. Pueden sentir el calor bajo su piel. Sienten las vibraciones que hace para ser liberado y consumido.


Lo que quedaba de madrugada comenzaron los juegos del calor. Se consumieron mutuamente. Y se amaron, ¿por qué no? Sin ropa y rozándose, mordiéndose, lamiéndose y gimiendo. Una. Dos. Tres veces. Como todo fuego, hubo explosiones. Ella lo abrazó y él la acurrucó un poco. Pero salió el sol por el horizonte, y el fuego ya se había extinguido. Sólo quedan las brasas tibias en una mañana fría y llena de cenizas.

Oriana Swidarowicz.
16/06/2011

Fotos: