Sí.. así... una vez más...
Una y otra vez entre gemidos puedo pedirte las cosas,
como si no te hubieses memorizado mi cuerpo,
y te conocieras hasta mi último lunar,
siempre sabes qué teclas presionar en mí para lograr lo que deseas...
Pasión, deseo, amor...
Puedo gemir hasta quedarme sin aliento,
gritar de placer y hacer que mi garganta se quede sin voz,
mi cuerpo sabe curvarse bajo ti,
y el tuyo sobre el mío.
Un toque, un roce, una caricia...
Mordidas, besos, lamidas...
Todo comenzó inocentemente hasta que llegamos a ese juego que jugamos...
Un placer conoceros, señor.
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