miércoles, 15 de agosto de 2012

El adiós.

Amarte es casi tan destructivo como el odiarte...
Tenerte presente a diario en mi vida,
con las pequeñas cosas que me rodean
es como sentir el fuego quemándome
sin poder huir o esconderme,
sólo achicharrarme con recuerdos vacíos.

Y siempre fuimos perfectos extraños,
porque no era cuestión de estar juntos,
sino sólo de hacernos compañía (?)

Nos quemamos rápido,
porque debimos ser fugaces,
y quisimos hacer perdurar una relación
cuando no había espacio para nosotros.

Lamento haber sido hiriente,
porque siempre lo he sido,
y pido perdón por las pequeñas cosas que no hice,
porque no son parte de quien soy.

Creo que tu también lamentas cosas,
no sé cuáles serán,
pero conozco el vacío que se siente,
porque estoy allí de nuevo,
y sé que tu estás allí conmigo,
sólo que no estamos juntos...
No sé si lo estuvimos alguna vez.

Recordaré los buenos momentos,
porque después de todo los hubo.
Atesoraré los pequeños recuerdos que me queman,
porque arden por alguna razón.

Es un adiós que debió darse antes,
perdona por no ser quien querías,
pero necesito ser quien soy para poder seguir
por el camino que está frente a mi.

Jamás te desearé mal,
nunca te detestaré,
porque a pesar de todo
me hiciste sentir como princesa en ocasiones,
y me pregunto si alguna vez te sentiste así también.

No hay comentarios: