Hay libros, fotografías y canciones que me recuerdan a ti.
Las largas noches hablando mal de un género específico,
cajas de cigarrillos que fumamos mientras tomábamos jugo o refresco (porque el alcohol no nos llamaba tanto).
Comíamos postres y dulces... Helados, y chucherías porque nos daba igual el día siguiente, o el que seguía... o alguna vez en particular.
Llorábamos nuestras penas y queríamos alejarnos de todo de vez en cuando.
Nos acompañábamos en felicidad y tristeza... Aunque siempre los consejos iban hacia el ser más fuertes, ambas sabemos que por dentro sentíamos que teníamos que recomponer primero los pedazos.
Eres mi amiga... A veces pienso que la única persona en el mundo a la que dejo acercarse lo suficiente para que me vea como soy. Te conocí porque eras el interés de un "amigo", y congenié contigo más de lo que pensé que haría. Pensé que siempre serías la chica del él únicamente, como tantas otras, como tantas veces fui "amiga" de alguien más. Pero fue mucho mayor mi instinto de protección, pues te vi indefensa y sola en una ciudad enorme y peligrosa, como lo estuve yo alguna vez, como lo he estado desde mucho antes de que tan siquiera supiera de tu existencia.
Hoy estoy pensando en ti, en lo mucho que me gustaría que vinieras y estuvieras conmigo, que compartiéras conmigo una caja de cigarros y una noche entera de conversas extrañas. Te extraño porque me viste realmente y me aprecias, aún con mis sombras, con mis defectos... No te incomodas con ellos, pero creo que te causan gracia... Lo cual me hace feliz. Te extaño amiga... Mucho más de lo que puedes saber.
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